Intensidad

Maldiciendo la dicotomía de los corazones,
usurpando miradas y confiriendo palabras,
los contactos fugaces y los labios estremecidos.
Se liberan las luces y desfilan destellos en las habitaciones.

Las burbujas se acoplan y encierran sus encantos
los transportan más allá de los límites y las prohibiciones
hacia la más amplia tranquilidad y descanso,
es aquel lugar donde la búsqueda es apaciguada.

Las almas se inundan de picor, de caricias
y sumándole los silencios, las miradas tímidas
casi siempre alcanza, casi nunca falta
y los próximos días pasan con los ojos entrecerrados.

Se acoplaron, se besaron con los ojos cristalinos,
se tocaron con los labios, que nunca se adormecían,
las suaves manos, concebían estática a cada milímetro
y los palpitados y las respiraciones, ya no se diversificaban

Y como casi nunca alcanza y casi siempre falta
finalmente las almas se elevaron bastante más allá.
Como una ráfaga del más sutil viento, del más cálido suspiro
lograron rebalsarse de enigmáticas sensaciones.

“Desconocemos quienes somos. De dónde venimos y a dónde vamos, ya no es lo importante. Que tengamos o de que carezcamos, pasó a un plano inexistente. De hoy y hasta cuando, no sabemos tampoco; nuestras almas nos pertecen”